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Thursday, September 04, 2014

Acá tienen música para volar

Favor escuchar esta canción mientras se lee el texto. Gracias



“Debe ser el hábito de esperar que algo quiebre el unísono. “

Hoy escribo este post, sin quererlo, hoy con muchísimo dolor empieza un nuevo duelo, hoy se fue el más grande, hoy se me llenan de lágrimas los ojos al escribir este texto y tener que escuchar toda la discografía que de una u otra manera es la banda sonora de gran parte de mi vida. De esa porción de vida en la que no había responsabilidad, de esa vida de fiestas y alegría. De esa vida en la que se me llenaba el pecho cuando me enteraba que Soda Stereo volvía a Bogotá y era momento de empezar a ahorrar para la boleta.

“Ya se los advertí acá tienen música para volar”.

Ok, Gustavo Adrián, hagamos entonces el ejercicio y entremos un rato en el baúl de los recuerdos. Debo repasar todos esos acordes y escoger lo más relevante, pero recorrer la música de Cerati, tarea nada fácil, es como recorrer un camino que se desvanece entre las manos, el tiempo es implacable.

“Apágalo, enciéndelo”

Hoy recuerdo sentarme en el Parque de la Independencia a mis tiernos 9 años a escuchar el primer concierto de Soda por allá en el 84 en la Plaza de Toros. Mi hermano me acompañó y estaba afuera de la Plaza pues no me animé a decirle a mi papá que yo quería estar adentro. No sé aún la razón. Por aquella época tocaba batería al ritmo de Nada Personal sobre los cojines de la sala de mis padres, con baquetas cuadradas de madera.

“Alguien me ha dicho que la soledad, se esconde tras tus ojos… tenés que comprender que no puse tus miedos donde están guardados…”

Recuerdo el día que los esperé por horas en el Concierto de conciertos 2, pegado a la baranda de adelante, viendo al roadie armarle la batería REMO a Charly Alberti. Y perder el aliento cuando esta voz que se apoderó de un continente completo salió a escena y simplemente dijo: “Buenas noches Bogotá”. Empezaban a tocar por primera vez en vivo Canción Animal.

“Un señuelo, hay algo oculto en cada sensación, ella parece sospechar, parece descubrir”

Cómo olvidar el día que corrí a la tienda de discos a comprar el CD doble del último concierto, el día aquel que nos dijeron que Soda no volvería a sonar en vivo. Años después, volvió al Parque Simón Bolívar y ese día no dijo “Buenas noches Bogotá”, simplemente abrió con un “Se los debía” y entonces me regaló uno de los conciertos más memorables de mi vida.

"Él salió y dejó la casa vacía, se entregó al suave aire del desierto y entonces la vio... la luna roja, sobre el mar negro"

Cerati y su Soda Stereo me dieron el pasaporte de entrada al rock, al pop, me regalaron una identidad, me hicieron ser baterista por un tiempo, me hicieron amar el ser latinoamericano. Cerati me acompañó en todo, en las buenas, en las malas, me ayudó a levantar novia, me ayudó a levantar esposa, me acompañó mientras crecí y me sigue acompañando mientras envejezco.

Cerati le dio permiso a mi hermano para hacerme entrar en la música anglo, mientras yo cerraba los ojos viendo pasar el temblor, él intentaba infructuosamente enseñarme a Depeche Mode, a The Cure, a Tears for Fears.

Acá les dejo lo mejor de esa banda, ese sonido que suena a Police, a Depeche Mode, que suena a tantas cosas, pero que en definitiva suena a él, a Gustavo Cerati, aquel que nos hizo soñar, bailar, vibrar. Simplemente, GRACIAS TOTALES.

Hoy escribo este texto y me doy cuenta de que ya no los tengo, de que me quedé solo, de que Cerati se ha ido de rumba con mi hermano. Hoy vuelvo a llorar.


“FUE”